¿Quién no conoce una salsa Pesto?
Esa mezcla tan riquísima de albahaca, piñones, ajos, aceite y queso...
Pues existen muchísimas variantes a ese pesto clásico o pesto genovés... Y una de ellas, de las más tradicionales es el pesto siciliano o pesto rosso (rojo), un plato tan arraigado a esta tierra como el pesto verde lo es a la Liguria.
La base en este caso, y a diferencia de otros tipos de pesto, va a ser exactamente la misma y sólo vamos a añadir tomates secos en aceite, lo cual cambiará por completo no sólo el color, también el sabor...
Podemos elegir entre prepararlo picante o sin él, hoy me apetece jugar con un poco de guindilla... Vamos a darle vida...
He elegido preparar unos fusilli, de pasta italiana, porque considero que a las salsa pesto le va mucho mejor una pasta retorcida, con recovecos, que una pasta lisa o hueca, y mucho mejor una pasta corta que larga. Pero esto vá totalmente en gustos de cada cual que la prepare.
¿Vamos a ello?...
Ingredientes (Para 2 personas):
- 300 grs. de Fusilli o la pasta que más nos guste.
- 2 dientes de ajo.
- 50 grs. de piñones.
- 20 grs. de albahaca.
- 90/100 grs. de tomates secos en aceite.
- 1 guindilla.
- 50 grs. de queso parmesano desmenuzado o rallado.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Preparación:
Comenzamos por cocer la pasta en agua y sal, llevándola a ebullición.Agregamos la pasta dejándola hervir para que esté al dente o más cocida, dependiendo del tipo de pasta que usemos y de nuestro propio gusto, en mi caso siguiendo las directrices del paquete, 9 minutos al dente.
Y mientras tanto...
Vamos a por el pesto...
Yo voy a usar el mortero, podéis usar la batidora y seguramente la textura sea mucho más homogénea pero el efecto de pesto casero se perderá, al igual que los sabores no mezclaran igual.
Pondremos sal, los ajos pelados y cortados a trozos, la guindilla picada y las hojas de albahaca, solo las hojas, evitando poner trozos de tallo y machacamos bien, con paciencia.
Agregaremos los piñones, y seguiremos machacando, hasta obtener una mezcla muy espesa aunque no demasiado homogénea todavía, esto sería ya la base de una salsa pesto tradicional.
Añadimos los tomates secos y reservamos el aceite, majamos bien hasta integrarlos y una vez conseguida una pasta algo más ligera, pondremos el aceite de los tomates y si fuese necesario aceite de oliva , mezclando poco a poco con la porra del mortero.
Acabamos nuestra salsa con parmesano desmenuzado o si lo preferíis rallado.
Ya sólo nos queda emplatar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario